Text llegit a la revista VIENTO SUR
El pasado 25S nos convocamos a rodear el Congreso de los diputados
para rescatarlo del secuestro de la soberanía popular llevado a cabo por
la Troika y los mercados financieros. Una ocupación ejecutada con el
consentimiento y la colaboración de la mayoría de los partidos
políticos. A pesar de las constantes amenazas, las manipulaciones
mediáticas y la intensa campaña para infundir temor en la población,
decenas de miles de personas acudimos a la cita y dijimos alto y claro
que no tenemos miedo, que estamos juntas en esto y que no vamos a
pararnos hasta que dimitan y se inicie un proceso constituyente.
El gobierno nos respondió con golpes, infiltraciones, detenciones,
violencia indiscriminada, heridos y un despliegue policial absolutamente
inédito. Sin embargo… perdió. Las imágenes de la represión han dado la
vuelta al mundo y la visita de Rajoy a la ONU quedó completamente
ensombrecida por la capacidad organizativa y comunicativa que hemos
demostrado. El debate sobre la legitimidad de la acción del 25 se ha
abierto, y hoy toda la sociedad española habla de ello, debate, opina,
toma posición. Hemos iniciado una gran conversación y este es el camino
que queremos seguir.
Por mucho que gobierno y medios de comunicación traten de convertir
nuestras reivindicaciones en un problema de orden público, salir a la
calle a reivindicar derechos es hacer política, manifestarse es hacer
política, tomar la palabra es hacer política.
Seguimos aprendiendo. Hoy, 29 de septiembre, las calles se han vuelto
a llenar con miles de personas que dicen basta y que quieren tirar del
freno a una realidad que se está volviendo cada vez más insoportable. Y
además, hoy, salimos para acompañar y sentirnos acompañados por nuestros
hermanos y hermanas portugueses, griegos e italianos, rodeando su
propio parlamento. Los “Cerdos” son ellos, nosotros y nosotras somos el
sur de Europa, y sin el sur de Europa, no hay Europa posible.
Seguimos rodeando el Congreso porque queremos dar un salto en la
movilización social y poner en el centro la recuperación de la soberanía
y del poder ciudadano, es decir, de la democracia. En este año y medio
hemos aprendido a integrar, a pensar y actuar colectivamente, entablando
alianzas imprevisibles: mareas de todos los colores tomando la ciudad;
vecinos y vecinas parando desahucios, funcionarios y funcionarias
cortando calles… Ahora sabemos descifrar complejos conceptos económicos y
legales, cuidarnos y cuidar a las demás, comunicarnos mejor, gestionar
espacios de participación y discusión en las redes, las plazas,y los
centros de trabajo; reírnos de la violenta estupidez del poder, ante la
que, cada vez más, resistimos en lugar de correr. Hemos logrado ampliar
los métodos de las viejas formas de lucha, y hemos llevado a cabo
iniciativas que queremos seguir desarrollando desde abajo, sin atajos y
paso a paso. Porque creemos que el tiempo de las decisiones tomadas por
unos pocos ha terminado; porque, frente a quienes quieren dejarnos sin
futuro, tenemos los medios y la inteligencia colectiva para decidir y
construir la sociedad que queremos; porque no necesitamos falsos
intermediarios, sino recursos y herramientas colectivas que fomenten
activamente la participación política de todas las personas en los
asuntos comunes.
Seguimos rodeando el Congreso para decirles a quienes dicen mandarnos
que no, que desobedeceremos sus imposiciones injustas, como la de pagar
su deuda, y que defenderemos los derechos colectivos: la vivienda, la
educación, la salud, el empleo, la participación democrática, la renta.
Para iniciar un proceso que permita que los responsables de la crisis
dejen de ser impunes, para que los pirómanos que han provocado nuestra
crisis no sean recompensados y empiecen, en cambio, a ser juzgados.
Ni el gobierno de Zapatero, ni el de Rajoy nos han escuchado. Ambos
han traicionado a sus propios votantes llevando adelante medidas que
prometieron que nunca pondrían en marcha. No obedecen a los ciudadanos,
no tienen la valentía ni interés para hacerlo. El gobierno Rajoy, por lo
tanto, no nos sirve y exigimos su dimisión.
Hoy se han presentando los presupuestos generales del Estado para el
año que viene. Esos presupuestos son el resultado de una reforma de la
Constitución ejecutada a medias entre el PSOE y el PP sin que la
ciudadanía pudiera decir nada al respecto. Esos presupuestos dedican
mucho más dinero a pagar una deuda ilegítima que a las necesidades
sociales que puede articular una salida colectiva de la crisis. Esos
presupuestos son una vergüenza para la soberanía nacional, para la
democracia. Y por eso tenemos que pararlos.
Queremos hacer un llamamiento a una nueva movilización cuando los
presupuestos se discutan en el Parlamento. Queremos estar de nuevo aquí
esos días para decirles que no, que se acabó gobernar sin preguntar.
Exigimos también el cese de la criminalización, la libertad de la
persona aún detenida y que se retiren todos los cargos imputados a las
otras compañeras que asimismo fueron vejadas y maltratadas en virtud de
unas diligencias intolerables en un estado de derecho. Que se abra una
investigación sobre la actuación policial durante el día 25.
Estos días hemos visto que podemos, si nos organizamos, si nos
comunicamos, si usamos nuestras redes e infundimos confianza, calma,
inteligencia colectiva. Por eso os proponemos que participéis en la
Coordinadora25S, no sólo aquí en Madrid, sino en todas partes, que
organicéis vuestros propios nodos de esta red, que hagáis vuestras las
convocatorias… Nos están quitando lo poco que quedaba por defender. Nos
queda absolutamente todo por construir.
No tenemos miedo.
Los presupuestos de la vergüenza, los vamos a rodear.
Que se vayan.
Sí se puede.