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La situación económica de Cataluña no es para tirar cohetes. La
Generalitat tiene una deuda de 43.000 millones y debe afrontar
vencimientos acuciantes en septiembre y octubre por valor de 5.000
millones. Esta situación le ha obligado a pedir el rescate al Gobierno
de Rajoy, muy a su pesar. Tampoco paga a proveedores y ha dado
diferentes hachazos salariales a los funcionarios, tiene previstos
varios expedientes de regulación de empleo, ha dejado en la calle a
miles de interinos, se han cerrado quirófanos y centros de asistencia
primaria y el curso se inicia con más alumnos y menos profesores, a la
vez que se han subido los impuestos. Desde el marginal del IRPF al euro
por receta. Sólo ha tenido un detalle con ese 6% de catalanes que pagaba
el impuesto de sucesiones. A esta élite les ha declarado exentos. Ya no
pagan el impuesto. Puertas afuera, la situación tampoco es halagüeña.
Los mercados han dado la espalda a Cataluña y S&P califica la deuda
catalana como bono basura.
Toni Bolaño |
A pesar de este panorama, Mas ha dado el pistoletazo de salida a su
reivindicación independentista en este 11 de septiembre porque para los
nacionalistas ha llegado el momento de alcanzar la máxima plenitud
nacional. El presidente catalán ha echado mano del himno nacional
catalán y se ha puesto al frente al grito de “Ara és hora segadors, ara és hora d’estar alerta per quan vingui un altre juny esmolem ben bé les eines”.
El independentismo ha ganado adeptos en los últimos meses.
Mas dijo que nunca convocaría un referéndum si lo podía perder y se ha
afanado en crear las condiciones para poderlo ganar. En su discurso fue
meridianamente claro. Cataluña genera los recursos suficientes para
vivir mejor y el bienestar social está íntimamente ligado a su soberanía
fiscal. Por eso, el presidente catalán dijo que el Pacto Fiscal era un
primer paso en la transición nacional, o sea, hacía la independencia. El
discurso político de los nacionalistas ha conseguido colocar su mensaje
y ha calado en los ciudadanos. La encuesta que hoy publica El Periódico habla de un empate técnico
en una hipotética consulta pero con una ligera mayoría a favor de la
secesión. La directora de la encuesta, Àngels Pont, afirma que este
apoyo es “más por indignación que por convicción”. La crisis ha sido el
gran aliado del independentismo que ha conseguido convencer a una buena
parte de la ciudadanía que la independencia es la solución a todos los
males y una respuesta al maltrato de España. Un detalle, la misma
encuesta dice que la gran mayoría de los ciudadanos espera que esa
independencia se alcance a partir de los 10 años. La cosa va para largo
pero Mas quiere aprovechar el “subidón” del independentismo catalán.
La respuesta del presidente Rajoy en su entrevista en TVE no ayuda demasiado a calmar las aguas. A nueve días de su cita con Mas en la Moncloa sólo fue capaz de decir que “ahora no es hora de líos”.
Lo cierto es que Rajoy sabe que no puede ceder a la reivindicación de
los catalanes de mayor justicia fiscal. Cataluña es la tercera comunidad
en aportar y la décima en recibir. Este desequilibrio se hace más
sangrante en época de crisis. A pesar de la evidencia, Rajoy no puede
entablar una negociación en serio porque abriría la caja de los truenos
en su propio partido. Las declaraciones de Feijoo, de Monago o Esperanza
Aguirre son un ejemplo de lo que podría pasar. Además, el PP ante el
malestar de sus bases por la errática política del gobierno está tentado
en echar mano del anticatalanismo que cotiza al alza en el mercado
electoral español.
Por el otro lado de la mesa, Mas propone un Pacto Fiscal pero
en el fondo espera un no por respuesta para tener las manos libres, la
excusa, y afrontar un proceso independentista. Casi sería un
golpe bajo que hubiera un acuerdo. Ayer el presidente catalán se erigió
como líder de la manifestación que hoy echará un pulso a Rajoy y a
España. Con seguridad será masiva. Mas quiere utilizarla como carta de
presentación, como prueba de su fuerza. El día 20 el subidón se habrá
calmado pero quiere que sus ecos lleguen a todos los rincones de la
Moncloa. Mas piensa que “ara és hora” y esta afilando sus “eines”
–herramientas-, porque el día 20 retará a Rajoy. Si Rajoy cede a su
Pacto Fiscal será el líder que ha doblegado a España. Si Rajoy no cede
será el líder que llevará a Cataluña a la independencia. Tiene claro que
por una cosa u otra, quiere pasar a la historia.
Toni Bolaño es periodista y analista político
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