Article llegit al seu bloc COMIENDO TIERRA
Un antiguo mando de la policía, hoy jubilado, graba un durísimo
alegato contra la dirección actual de la policía y su apuesta por la
represión y la violencia (algo que estamos viendo ahora con el regreso
del PRI en México y la persecución a los estudiantes de #yosoy132).
Preocupado este policía demócrata -y con memoria-, advierte: “¡Cuidado!
Estamos regresando al franquismo. El PP está deslizándonos otra vez
hacia la lógica de la dictadura”. Y hace una apelación que hace tiempo
planteamos en algún debate de la Tuerka: si hay objeción de conciencia
entre los médicos ¿por qué no puede haber objeción de conciencia entre
los policías? Una enseñanza de Venezuela ha sido la unión
cívico-militar. Un error de la izquierda argentina estuvo en no cuidar a
los militares demócratas y de izquierda -que existían-, entregando todo
el ejército a la extrema derecha. No se nos escapa que las fuerzas y
cuerpos de seguridad tienen como última ratio defender la lógica que
sostiene el sistema -la propiedad privada-, pero no deja de ser menos
cierto que es imposible que el sistema se sostenga con los únicos brazos
de ese 1% que se está quedando con nuestros países. Por eso necesitan
mercenarizar a la policía y al ejército (sin olvidar los servicios
privados de seguridad, que, como se vió con el caso de Madrid Arena y la
muerte de cuatro jóvenes, trabajan con una exclusiva lógica de
guardaespaldas de la empresa).
A día de hoy, en Europa, no lo han conseguido. Parece sensato
trabajar para que no puedan hacerlo. Si se manda a la policía a un
cuerpo a cuerpo contra la ciudadanía, todos pierden. También los
policías. De ahí la importancia de los sindicatos democráticos dentro de
la policía. De ahí la importancia de dejar claro a la policía que no es
con ellos, salvo que se conviertan en los defensores de lo indefendible
y que, por tanto, si están saltando por encima de las obligaciones que
les marca la Constitución, se están poniendo en contra de la democracia a
la que deben defender. En la última huelga general, la ciudadanía
demostró mayor tolerancia con el enfrentamiento con la policía. Como ya
vimos con la lucha de los mineros. Hay que convencer a la policía que
esta pelea del 1% contra el 99% no es su pelea. Es un momento de lanzar
mensajes de diálogo antes de que se rompan todas las costuras. Por mucho
que el ánimo, viendo determinados comportamientos de los
antiduisturbios, pida lo contrario. Para darse gusto al cuerpo uno se
entrega a las pasiones. En política la pasión, necesaria, tiene que
venir después del análisis. Para no confundir la lucha necesaria con un
Hola! revolucionario. Si van a existir solamente dos bandos, el de los
demócratas y el de los dictadores, todos los trabajadores deben estar en
el lado de la democracia. Y hay que ayudar a los que no lo tengan
todavía claro.