Article llegit al seu bloc EL PERISCOPIO
Rosa María Artal |
Una mujer, muy digna y muy desesperada, Amaia Egaña, se tira por la
ventana cuando los agentes judiciales suben ya por las escaleras para
desahuciarla de su piso. Es uno de los en torno a 500 desalojos diarios
por impago bancario. Los empleados -oigo en algún zapping- están muy
tristes por lo ocurrido, pero “es su trabajo”.
Los vecinos de Baracaldo salen a la calle profundamente irritados. En
otro lugares también. ¿Es la gota que colma el vaso? No, creo que aún
no.
Algunos bancos huelen pólvora y dicen que ellos no desahucian más.
Por el momento. Y el coro aplaude. Qué majos. Los unos y los otros.
Los partidos mayoritarios se apresuran a ver cómo capean el temporal. Después de haber negado reiteradamente soluciones a la barbarie de
echar de sus casas a personas acosadas por entidades bancarias que en
muchos casos han recibido dinero público. Después de haber dado dinero
público a espuertas a todo el sistema financiero. Público quiere decir
de todos, pagado con nuestros impuestos. Digo yo que convendrá
recordarlo.
Sus voceros mediáticos jalean la resolución de estos sensibles políticos
que, además, vaya qué casualidad, andan en campaña electoral. En el
poco espacio que les sobra tras dedicar todos sus esfuerzos a Cataluña.
Estoy de la propaganda y distracción mediática, de la Cataluña de Mas,
de la botoxiada líder popular, y de la ciudadanía borrega –que también
parece la va haber en los votos-, hasta los nísperos.
129 periodistas de El País son despedidos. Algunos tan
imprescindibles como Ramón Lobo o Javier Valenzuela, con impresionante
preparación y bagaje, con un hacer que es maestría de periodismo, de
ética y de todo lo valioso. O, en la misma línea, de Txentxo Joldi (el
que descubrió el caso Divar), por no hablar de otros más jóvenes y muy
notables como Manuel Cuellar o Antonio Fraguas (hijo, qué casualidad).
Y, sin duda, muchos más que figurarán en la lista que no conozco al
completo.
Ha habido silencios o modos de escurrir el bulto bien culpables en el
caso de cuanto rodea el ERE de El País –hay que comer, claro, a veces
muy bien-. Ay El País, aquel periódico sin cuya lectura durante muchos
años parecía faltarnos algo de vida. Hoy, tras esa debacle, las noticias más vistas, que anoto por si cambian en el enlace, son: 1) La glamourización de Sergio Ramos firmado por Boris Izaguirre 2) Mari Alcadesa de Luz Sánchez-Mellado y El director de la CIA dimite por un relación extramatrimonial, del corresponsal Antonio Caño.
El periódico global, como se llama ahora, escribe una tribuna sin firma titulada ”A nuestros lectores“. Está muy ofendido. Lo enlazo para que me quede guardado porque es como para enmarcarlo.
Los amigos de Twitter andamos buscando un buen gel que nos limpie de
“tendencias libertarias”, “demagogia populista”, “insidias”, “envidias y
celos”… O sea de esto, que incluye la tribuna (entre otras muchas
aseveracions y algunos olvidos):
“A veces son fruto de la demagogia populista, las tendencias
libertarias de muchos de quienes ocupan las redes sociales, la insidia
que mana del fracaso de algunos competidores, o la envidia y los celos
de determinados profesionales que sobrevaloran su propia capacidad e
influencia en el universo de las letras y el periodismo”.
No sabemos si el gel será suficientemente enérgico para quitarnos también… el asco.
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